Doctorando en Derecho Procesal de la Universidad de Valencia

Archive for enero, 2019


ALGUNOS «HITOS» DE LA OEA

A continuación algunas acciones omisivas (y a veces activas) de la OEA ante las turbulencias políticas y sociales por las que han atravesado distintas naciones de América Latina. 

En 1954 Guatemala fue invadida por tropas mercenarias organizadas por la CIA, que derrocaron al Gobierno de Jacobo Arbenz. La OEA aprobó antes una resolución con la variante de intervención colectiva regional, en franca violación de su tan aclamada Carta y la de la ONU.

La OEA no redactó ni una oración ante la agresión de EE. UU. contra Cuba por Playa Girón en 1961.

Abril de 1965: desembarcaron marines del vecino país norteamericano en Santo Domingo para impedir la victoria del movimiento popular constitucionalista sobre la reacción militarista. Fue la primera intervención colectiva en un país del área, bajo el sello de la OEA.

La organización no hizo pronunciamiento alguno sobre la muerte de Salvador Allende, ante el asesinato y desaparición forzosa de decenas de miles de sudamericanos durante la tenebrosa Operación Cóndor.

No promovió la paz en Centroamérica durante los años de 1980, en un conflicto que cobró cerca de 100 000 vidas.

No respaldó las investigaciones para esclarecer la sospechosa muerte del general Torrijos en Panamá.

En marzo de 1982, la OEA trajo la intervención británica que inició la Guerra de las Malvinas, primera agresión de una potencia extracontinental a un país del Sistema Interamericano, lo que, según el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca-tiar (otro engendro de dominación, amparado en un supuesto criterio de solidaridad en el continente esgrimido por Washington), debía convocar la solidaridad continental con el agredido.

Octubre de 1983: un golpe militar derrocó al primer ministro granadino Maurice Bishop, quien murió asesinado. A Granada también EE.UU. envió una «comitiva» de 1 900 marines.

La OEA ni se inmutó por la invasión a Panamá, en 1989.

La Carta Democrática Interamericana en 1992 llevó a nivel de tratado la imposición del unipolarismo a la región, es decir, la OEA no cambió su cara, tanto que frente al golpe militar en Haití, que depuso en febrero de 2004 al presidente Jean-Bertrand Aristide, donde exhibió el mismo grado de incapacidad y putrefacción.

La OEA fue garante del golpe de Estado en Venezuela, en abril de 2002, que pretendió sacar del poder al Comandante Hugo Chávez. No en vano, su actual secretario general vive obsesionado con este país, o con los deseos de mostrarle al mundo (EEUU principalmente), su desmesurada labor, ya por reconocimiento internacional, o por las aspiraciones a continuar su mandato en la organización. 

Contempló el golpe de Estado al Gobierno de Manuel Zelaya, en Honduras, en el 2009.

En el 2010 se hizo también de la vista gorda en el intento de otro golpe, en Ecuador, durante la gestión de Rafael Correa.

 

Tomado de «El nefasto legado de la OEA», por Gramma internacional